En nuestra vida es normal que experimentemos sentimientos negativos como la tristeza y positivos como la alegría, son emociones básicas y cada individuo las presenta con mayor o menor intensidad. Una caso muy común es cuando nuestras expectativas de vida no se cumplen, y es en momentos como esos en los que empezamos a sentirnos tristes.
La vida viene acompañada de problemas, si todo fuese perfecto sería lo que denominan en la biblia como “el paraíso”, pero resulta que todavía no estamos allí para averiguarlo. Muchas veces estamos tan sumergidos en nuestros problemas que podríamos llegar a pensar que son más grandes que los problemas de los demás, sobre todo porque los medios sociales venden una felicidad idealizada, y la verdad es que lo que reflejan las fotos, a veces, está muy alejado de la realidad.
¿Cuándo aprendemos a gestionar la tristeza?
Muchos padres son sobreprotectores, si pudieran meter a sus hijos en una cajita de cristal, lo harían. Dejar que experimenten tristeza les da mucho temor, porque para ellos siempre deberían estar felices y no pasar por ninguna adversidad. Permitirse el sentimiento de tristeza le ayudará y le enseñará al niño a gestionarla por sí solo. Hay padres que inmediatamente van a comprarle el juguete o el dulce al niño para que no siga llorando, o de manera reactiva se le suelta un: ¡no llores! los niños no lloran, ya no estés triste, ¡cállate! No debemos suprimir sino más bien enseñarles a gestionar y dar la cara a ese sentimiento. Es algo que empieza desde el hogar, permitirle sentir que es normal que llore y sentirse algunas veces triste.
Recuerdo que la primera vez que experimente tristeza en mi vida fue al separarme de mi madre, ya que debía ir al preescolar, sentía que me apartaban de mi mamá y me sentía muy triste, sin embargo, en mi tercer año ya empezaba a gustarme ir al colegio para jugar, aprender y compartir con mis amiguitos.
El sentirse triste es normal, puedes llorar, esto ayuda a drenar ese sentimiento, también puedes desarrollar tus mejores talentos escribiendo, componiendo música o cualquier otro talento que tengas. Otras de las cosas que podemos hacer es hablarlo con otra persona y realizar actividades físicas. Experimentar tristeza es parte de sentir, hay muchos otros sentimientos que podemos vivir y eso es parte de la vida, lo más relevante es saber cómo manejar las emociones, no adelantarnos en reaccionar porque dominaría nuestro cerebro primitivo, pero si calmarnos antes de dar el siguiente paso.
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